Abano Terme

Viale Delle Terme - es la principal zona peatonal, dominada por jardines y refinadas tiendas, bares y restaurantes, hoteles y discotecas. La avenida conecta el centro histórico con la zona termal, donde se encuentran los manantiales de Montirone y los balnearios más antiguos: el Todeschini, el Orologio y el Trieste Victoria. Hay dos sitios de gran interés: la Catedral de San Lorenzo y la reciente Piazza del Sole e della Pace (Plaza del Sol y de la Paz), también conocida como Piazza della Meridiana por el espléndido reloj de sol diseñado por el astrónomo de Abano Terme, Salvador Condè. El reloj de sol está realizado en mármol policromado y es uno de los más grandes de Europa (3.000 m2).

Parque Urbano Termal: joya de la arquitectura contemporánea, diseñada por uno de los arquitectos e historiadores de la arquitectura más importantes, Paolo Portoghesi. El vasto complejo, que se integra armoniosamente en el contexto urbano y arquitectónico de la ciudad termal, está concebido como una única gran pradera continua de 3 km de longitud, atravesada por caminos pavimentados y carriles bici, llena de plantas y altos árboles dispuestos a lo largo de la avenida principal. Alterna espacios verdes con tiendas, oficinas, carriles bici, fuentes, columnas monumentales y cientos de plantas que adornan todo el parque.

Grand Hotel Orologio – este hermoso edificio fue construido en 1700 por la noble familia paduana de Dondi dall'Orologio, en el siglo siguiente fue ampliado y se añadió la fachada neoclásica (1825) por Giuseppe Jappelli, uno de los mayores exponentes del estilo neoclásico en la región del Véneto. Aunque lleva años cerrado, siempre sigue siendo uno de los emblemas de la historia de Abano.

Grand Hotel Trieste & Victoria - un legendario hotel histórico en la zona peatonal, fue construido en 1911. El Comando Supremo italiano estuvo aquí durante la Primera Guerra Mundial (1918) y el general Armando Díaz solía alojarse allí en un apartamento en el primer piso. 

Colle del Montirone - antaño rico en fuentes termales, aún alberga piscinas de piedra con humeante agua caliente. La entrada monumental al parque es un portal con una columnata corintia. Cerca se encuentra una columna dórica coronada por una copa enroscada en los bucles de una serpiente, diseñada por Giuseppe Jappelli, que celebró la llegada del emperador Francisco I de Austria con este monumento en 1825. Los dos edificios situados a ambos lados de la entrada albergan la Pinacoteca Civica al Montirone, que recoge pinturas, dibujos y grabados realizados entre los siglos XV y XX, y la Galleria comunale d'Arte Contemporanea, que acoge exposiciones temporales.
 

The toponym Abano contains a reference to water both for the presence of the Indo-European root - "ap," and for the association with the god Aponus, which means "without pain," to protect thermal springs in the Paleovenetian and Roman ages. The origins of thermal treatments date back to the 8th century BC C. when the ancient inhabitants of the area went to the nearby sacred lake, which extended into the territory of the current Euganean Spas, to perform rituals linked to the recovery of health and drank therapeutic water from ceramic vessels. According to the legend the same Ercole who, passing through the land of Apono, founded the cult of Gerione, mysterious god, imprisoned in the bowels of the earth, who prophesied the future through a priest or a priestess, able to interpret the prophecies of the god through the thermal waters. After 49 BC a bourgeois upper class was formed of local Romanized peoples, who in imitation of the high courses of Rome gave great importance to the baths favoring the establishment of public baths and thermal establishments completely transforming the sanctuary. The ancient attendance of the baths is documented up to the whole fifth century AD C.

In the Middle Ages, the territory was occupied by the Lombards, Carolingians, and Saxons, who shook the life of these campaigns. The first official documents that offer us information on Abano date back to the 10th century. From the 12th century, the village of Abano developed as a rural center, under the bishop of Padua.

At the beginning of the modern age, the Venetian aristocracy took over the territories confiscated from the rebel Paduan nobles. In the eighteenth century the affirmation of the Enlightenment and of the "encyclopedic" interests for all knowledge and in particular for those connected to nature have made thermalism reconsider by dedicating to it a significant quantity of studies that contributed to rediscover this therapeutic practice that even if it didn't disapire, it was in fact little considered. A building renovation activity started in the Montirone area, rich in natural springs.

After the First World War, the traditional activity related to thermal treatments experienced a formidable development due to the new technological knowledge that allowed the opening of artificial wells near which many thermal establishments were built. In 1926 the private management of thermal resources passed to the system of public concessions, and thanks to this provision considerably increased the number of hotels in Abano. In the second post-war period, a welfare-type health policy developed that allowed the use of thermal therapies to a large public and consequently numerous artificial wells opened and new establishments built.